Básicamente, el agua es la fuente más usada para la producción de procesos específicos dentro del laboratorio, y el diseño de la instalación de sistemas de purificación de agua, son esenciales.
El agua, cuenta con propiedades de polaridad y enlaces de hidrógeno, capaces de absorber y disolver cualquier compuesto artificial, que resulten perjudiciales para la salud. Es por ello, que los mecanismos de purificación, son fundamentales para los laboratorios, pues su gran pureza dentro los procesos analíticos, puede reducir increíblemente el tiempo dedicado a la resolución de problemas ocasionados por la contaminación de la muestra o del instrumento.
Los sistemas de purificación de agua, más utilizados para aplicaciones de laboratorio, son los sistemas de intercambio iónico, la ósmosis inversa y la radiación ultravioleta.